viernes, 3 de abril de 2009

Del Invierno y la Primavera





















Del Invierno y la Primavera

Les vi darse la mano...se despedían. Él.. encorvado, con el pelo y la larga barba encanecida. Las profundas arrugas alrededor de los ojos delataban la edad y el cansancio, un cansancio infinito. Ésta vez había estado presente más de lo habitual...Aún así era afable, entendía que tiene que venir y que tiene que irse, su estancia entre nosotros tiene su razón de ser. La miró de nuevo mientras se iba...que guapa era! Realmente debía estar haciéndose mayor porque cada vez le parecía más espectacular... Venía vestida de blanco y rosa, blanco por la flor del cerezo y rosa intenso por la flor del piescal, desde luego nunca le faltaba un toque de verde y menos por estas latitudes.
Ella fué agradable, como siempre, chispeante, coqueta y encantadora...pero apenas mantuvo la atención fijada en él...Su mente ya estaba centrada en renovar, revitalizar, infundir vida y color y algo de calor, apenas, pero algo al menos...
Se volvió a mirarle de nuevo, el paso cansado pero elegante, esta vez se estaba resistiendo a marchar. Le entendía! Se coje amor a la tierra.
Él se dió la vuelta y la sorprendió observándole...ya me voy!, ya me voy! dijo sonriente...y mientras avanzaba ya iba notando los efectos de su cálida presencia. Los árboles yermos y desnudos empezaban a brotar. Los mismos colores que su vestido prendieron la arboleda.
Pero que guapa es...cada año más! murmuraba mientras desaparecía...
Percibió una vez más la admiración que su compañera despertaba al oír los gritos entusiasmados de Elbereth observando los infinitos colores de las flores.







domingo, 10 de agosto de 2008

Maravillas de la creación















Me vuelve loca fotografiar flores. Es una manera tan estupenda de conservar perenne tanta belleza... Es raro el día que saco la cámara y no acabo haciendo fotos a alguna flor, da igual en la casina que tenían mis padres, que por cualquier camino, en un parque, en la montaña...Salen en sitios tan insospechados, y son siempre tan impactantes! El jueves estuvimos visitando el concejo de Morcín, que ya que este año no podemos salir fuera nos hemos propuesto conocer un poco más nuestra región. Es simplemente espectácular, naturaleza en estado puro...sinceramente viendo esas impresionantes montañas tapizadas de verde no me extraña que lo llamen "Paraíso natural". Me cogí algunas lilas preciosas que adornaban los caminos y ahora adornan mi casa. También había unas campánulas fucsia, de un tono tan intenso con una forma tan preciosa que no pude menos que cojer un esqueje a ver si logro que prenda en el prao. Desde luego no necesitamos tanta belleza para vivir, pero sin duda hace mucho más placentera la vida...

lunes, 16 de junio de 2008

Por tierras lusas...






















Todos los viajes te aportan cosas, y todos resultan distintos, aún yendo al mismo destino. Pero si encima varías las sorpresas son contínuas. No conocía de Portugal, el país vecino, nada más que Valença do Minho, que visitamos cuando estuvimos en las Rias Baixas. Comenzamos el viaje por arriba, desde Oporto y fuimos bajando hasta el Algarve. Me quedo con la increíble sensación de perfecto caos de Oporto, con su ribera y sus tendales en calles estrechas. Con los pueblos costeros que besa el imponente Atlántico. Con la maravillosa Sintra...Con la variedad de Lisboa, desde los edificios clásicos del Barrio Alto a la moruna Alfama...(y sus desayunos...hummm los galaos en esas perfectas tazas de vidrio). Me quedo con el Alentejo que me impresionó sobremanera porque yo norteña por naturaleza y lluviosa y verde de corazón, pensé que iba a ver una zona desértica y me encontré con colinas suaves en unos verdes matizados impresionantes coronados por olivos centenarios. Que verde es Portugal!....jajajajaja, eso exclamaba todo el rato. Incluso, incluso me quedo con ciertas calas del Algarve, aunque yo soy negadamente playera... Y desde luego me quedo con todos esos maravillosos monumentos que tuvimos la oportunidad de visitar, tanto hechos por la mano del hombre, como de la propia Creación....

jueves, 24 de enero de 2008

Donde el mar besa a la montaña...

















Así son las playas del oriente de mi tierra...la montaña llega hasta el mar, y el mar besa la montaña. Es una maravilla estar de frente al mar, ver la arena clara y el agua tan azul o tan verde, depende del día...y de repente te das la vuelta y ves esas montañas con esos picos tan impresionantes...lo tienes todo a un golpe de vista y a un paso. Este día Iván pescó su primera lubina, nosotras estudiabamos en la orilla, en unas mesas en medio del verde del prado. Hay una playa en concreto..."La Isla" en Colunga...es mi favorita. Hemos ido hasta en invierno, subimos al área recreativa, las vistas son fascinantes, toda la costa por un lado, los Picos de Europa por otro, luego un paseo por la playa, la pena es que en invierno no te puedes meter por la orilla, pero incluso lloviendo merece la pena...




lunes, 7 de enero de 2008

La Ribeira Sacra
























Teníamos la casina en Val de San Román a unos 7 km. de Astorga. Ese era nuestro campo base y nuestro punto de partida. Como buenos norteños nuestro instinto siempre era tirar hacia arriba, hacia el noroeste. Hicimos la "Ribeira Sacra" en catamarán desde el río, entre Lugo y Orense, visualizando monasterios entre castaños centenarios. Y luego desde arriba, de monasterio a monasterio. El que más me gustó fue el "Mosteiro de Santa Cristina", había que hacer una carretera llena de curvas y bordes de precipio para llegar y luego caminar entre los castaños bajando escalinatas de piedra, barro y raíces. La primera vez lo hicimos solos, la segunda vez llevamos a padre y madre. Mi madre iba felíz en el catamarán, le gusta viajar y ver cosas. Mi padre se entusiasmaba por todo, como yo...las castañas, las setas, los castaños, la altura, los monasterios, el río, las vides colgando de las terrazas en los precipicios. Es digno de ver y disfrutar, realmente. Eran nuestras pequeñas y gandes excursiones desde la casina. Como la echo de menos.

martes, 25 de diciembre de 2007

Perdernos en alrededores y recuerdos...

















A veces cojemos el coche y nos perdemos...Eso ya lo hacíamos con mi padre, cuando eramos pequeñas. Mi madre que es una gran aficionada a la limpeza, dedicaba la mañana de los sábados a adecentar la casa (cosa que hacía todos los días, pero ese día era a fondo), ahora que tengo mi propia carga de responsabilidad entiendo que mantener limpia una casa de 6 personas era una tarea ingrata y fatigosa. El caso es que nosotras pequeñas y realmente revoltosas.. estorbábamos, para que vamos a decir otra cosa. Así es que mi padre nos sacaba para airearnos. Y nosotras preguntábamos: adonde vamos papá? y le oíamos decir: adonde nos lléve el coche. No cabe duda que durante mucho tiempo creí que así era, que era el coche el que tomaba la decisión de adonde ibamos esa mañana...que tiempos de inocencia....jaja. Ahora lo hago con maridín, aunque se que es nuestra voluntad la que decida....o no? porque muchas veces nos perdemos por los vericuetos de mi querida tierrina y no hace falta ir lejos, de repente aparecemos en sitios totalmente desconocidos para nosotros, bordeamos un bosque o un pequeño llano, subimos y bajamos y simplemente nos dejamos llevar. Perdiéndonos adrede hemos encontrado sitios realmente preciosos. Pero no es el caso de estas fotos, esta vez no nos perdimos, fuímos directamente al Cordal de Peón, un área recreativa al lado de casa, como quien dice. Apenas a unos kilómetros de Gijón en dirección a Villaviciosa por la carretera vieja. Hicimos muchas excursiones cuando era una chavalina. Siempre recuerdo subir todo el camino preguntándo cuando llegábamos y a Alberto contestando: cuando demos esa vuelta...el caso es que el engaño funcionaba porque ahí que dábamos una vuelta más. El sitio está lleno de árboles, salpicado de mesas y bancos de piedra, se llena de margaritas en primavera y hojas en otoño. Estábamos solos en un absoluto silencio humano poblado de un auténtico griterío de la naturaleza, que ansias de aire libre tenía ese día...jajaja. Cuando bajamos pasamos por donde nos hicimos el reportaje de boda, es una iglesias preciosa, en una vereda cubierta de árboles al lado de un pequeño río, el puente de piedra, un muro enorme que guarda una casona impresionante con un portalón de madera y tachonaduras metálicas. El día de la boda quise sacarme fotos entre árbol y verde, como correspondía en mi tierra, pero también como correspondía había diluviado en forma de granizo el día anterior y yo me hice las fotos antes de aparecer delante de todo el mundo, así que el fotógrafo experto en esas lides me sugirió que nada de verde, a no ser que yo quisiera casarme de ese color en vez de con el bonito blanco viejo de mi vestido de novia. Pero gracias a la piedra de la iglesia que se ve en la foto quedó un reportaje impresionante...y se las arregló para que saliera el verde de detrás. Ese día nos perdimos en la nostalgia.